Historia del Museo Nacional de Artes Decorativas de Cuba

Historia del Museo Nacional de Artes Decorativas de Cuba



El Museo Nacional de Artes Decorativas de Cuba (MNAD), fundado el 24 de julio de 1964, atesora más de 30 mil piezas de gran valor artístico e histórico. El inmueble escogido para ello, situado en las intersecciones de la calle E y 17 del Vedado capitalino, perteneció a la familia Gómez Mena.

Foto tomada del libro Jansen, por J. A. Abbott.

El linaje de esta familia proviene de Cadagua, Valle de Mena en la provincia de Burgos, España. Andrés Gómez Mena llegó a Cuba siendo un adolescente en la segunda mitad del siglo XIX y de su matrimonio con Eugenia Carlota Tomasa Vila y Pérez Neyla Portela nacieron cuatro hijos: María Luisa, Alfonso, Andrés y José.

La propiedad donde se emplaza el museo fue construida entre 1924 y 1927 por orden de José Gómez Mena, figura de prestigio en el ámbito bancario y entre los hacendados de la época. La mansión fue diseñada por los arquitectos franceses P. Viard y M. Destugue, quienes participaron en la restauración del Palacio Versalles y el Petit Trianon luego de la Primera Guerra Mundial. El arquitecto e ingeniero civil cubano Adrián Maciá estuvo a cargo de la supervisión constructiva. El diseño es ecléctico y tanto la fachada como algunos de los salones del recinto se inspiran en la arquitectura francesa de los siglos XVIII al XX. La mayoría de los materiales empleados para la edificación se importaron desde Europa; ejemplo de ello lo constituyen los mármoles de Carrara empleados en los pisos a manera de módulos fractales, los adoquines de Bélgica que se aprecian en la calle principal de la mansión, y toda la herrería francesa, perimetral e interna, encargada exclusivamente para la residencia. La madera, caoba y cedro empleadas en puertas y paredes (boiserie), fue el material nacional más costoso utilizado en la construcción, la cual fue enviada para tallar a Francia.

Foto tomada del libro Jansen, por J. A. Abbott

La decoración del interior del inmueble estuvo a cargo de la prestigiosa firma Jansen de París, considerada la más importante de su tipo en el siglo XX. Sus principales diseños se caracterizaban por la reinterpretación de interiores franceses del siglo XVIII, y empleaban tanto auténticas obras de artes como las recreaciones de mobiliario antiguo que producían en sus talleres para adaptarlos a las necesidades de sus proyectos decorativos.


Foto tomada del libro Jansen, por J. A. Abbott


Foto tomada del libro Jansen, por J. A. Abbott

Si bien la casa fue construida por solicitud de José Gómez Mena, en sus inicios la habitó su hija Lilian. Esta la cedió, hacia finales de los años 30 a su tía María Luisa, Condesa Consorte de Revilla de Camargo. La estancia de la Condesa en dicha mansión se restringía a solamente tres meses al año. El resto del tiempo transitaba entre París, Madrid, Londres y Nueva York donde aprovechaba para comprar importantes obras de arte, especialmente decorativas, como ávida coleccionista que fuera al igual que su hermano José. A finales de la década de 1950, la vivienda poseía una de las colecciones de obras de arte más importantes del país, encontrándose cuadros de pintores franceses, españoles y holandeses del siglo XVIII, vajillas de porcelanas europeas y orientales de los siglos XVIII y XIX y mobiliario francés realizado entre los siglos XVIII y XX y una gran cantidad de piezas de orfebrería.

José y María Luisa Gómez Mena en el vestíbulo de la mansión. Archivo MNAD.

De igual modo se tiene referencia de las múltiples fiestas, banquetes y recepciones organizadas en esta residencia durante las décadas del cuarenta y cincuenta. A las mismas asistieron varias figuras de la nobleza europea como los Duques de Windsor: Eduardo VIII y Wallis Simpson, los Condes de Barcelona: Don Juan y María de Borbón, la Duquesa de Alba, y el Rey de Bélgica, Leopoldo III junto a su esposa la Princesa Lilian Baels de Réthy y el príncipe Balduino, hijo de su primer matrimonio con Astrid de Suecia.

Foto de una cena en la mansión Gómez Mena. Archivo MNAD.

Los Duques de Windsor durante un baile en el salón comedor de la mansión Gómez Mena. Archivo MNAD

María Luisa Gómez Mena y su sobrina Lilian Gómez Mena junto a la Duquesa de Alba a su paso por La Habana. Archivo MNAD.

María Luisa Gómez Mena junto a los Condes de Barcelona de visita en la mansión. Archivo MNAD.


Dulce María Loynaz y su esposo Pablo Álvarez de Cañas visitando la casa. Archivo MNAD


Con el triunfo revolucionario contra la tiranía batistiana en el año 1959, y la masiva emigración de la burguesía, la mansión quedó abandonada. En el año 1961 el gobierno tomó la decisión de convertir el inmueble en museo tras intervenir en la deshabitada vivienda y hallar valiosos objetos ocultos en el sótano. 

Momentos en que se descubren los tesoros escondidos en el sótano de la casa. Archivo MNAD
 



Vistas de los diferentes cubículos del sótano con obras de arte escondidas por los Gómez Mena luego de abandonar la mansión en 1961. Archivo MNAD
 

Se comenzaron entonces los trabajos de inventario de los bienes de interés patrimonial y se crearon las bases para desarrollar un discurso museológico en cada uno de los espacios de la casa. La inauguración, en el año 1964, contó con la presencia de una gran afluencia de espectadores, personal diplomático acreditado en La Habana e importantes figuras de la cultura como Alejo Carpentier, Harold Gramatges, Vicentina Antuña, Martha Arjona, Edith García Buchaca y Ángel Martí (primer director del museo), entre otros.

Edithe García Buchaca leyendo las palabras durante la inauguración del museo el 24 de Julio de 1964.

 Foto de la inauguración del museo. De izquierda a derecha: 1. Dama desconocida. 2. Manuel Galish, escritor guatemalteco exiliado en Cuba. 3. Gilberto Bosques, embajador de México en Cuba. 4. Harold Gramatge al fondo. 5. Alejo Carpentier.

Foto de la inauguración del museo. De derecha a izquierda: 1. Martha Arjona. 2. Al fondo, el individuo más alto es Angel Martí, primer director del MNAD. 3. Miembros del cuerpo diplomático acreditado en La Habana.

En un inicio la institución comenzó sus funciones exhibiendo la colección Gómez Mena. Esta, entre los años 1967 y 1981, logró ampliarse con un gran volumen de obras provenientes de diversas colecciones privadas como la de Oscar Benjamín Cintas y Joaquín Gumá (Conde de Lagunillas) por mencionar algunos de los más importantes. Hasta la actualidad se siguen adquiriendo piezas, a través de donaciones, transferencias y compras, que han venido completar la colección que se exhibe al público nacional y foráneo que visita el museo.

Actualmente algunas de las más relevantes piezas de la colección del museo están distribuidas, entre las dos plantas de la casa, en once salas de exposiciones permanentes, incluyendo las áreas del vestíbulo y la galería alta, y tres de exposiciones transitorias, en las que sobresale el Salón Comedor. En la planta baja se encuentra el Vestíbulo, el Salón Principal, el Salón de Lacas Orientales, el Salón Comedor, la Saleta y la Galería, mientras que el Salón Neoclásico, el Salón Sѐvres, el Salón II Imperio, el Salón Inglés, el Salón Ecléctico, el Salón de Arte Oriental, el Baño Principal y la Galería Alta se ubican en la segunda planta de la institución.

               Vista del vestíbulo. Foto: YFG

Vista detalle del vestíbulo. Se aprecian: 1. Cuadro "El columpio" Hubert Robert, oleo sobre lienzo, Francia S.XVIII. 2. Cómoda francesa del siglo XVIII. 3. Porcelana china de esmalte celadón del período Qianlong, segunda mitad del siglo XVIII, decorada con broces europeos.

Cada salón está ambientado según un estilo artístico o con obras de algún autor o manufactura específico, valiéndose también de la decoración original de los espacios de la residencia. En este sentido sobresalen el Salón Principal, regido por el gusto rococó, así como el Salón Neoclásico y el Ecléctico decorados con piezas de los estilos que los nominan respectivamente.

                    Vista del salón principal. Foto: YFG

El vestíbulo, al ser un espacio de transición, exhibe variadas piezas de Europa y Asia. En el Salón de las Lacas Orientales se muestra una colección de mobiliario asiático provenientes de China y Japón principalmente, los han sido tratados con este costoso material.

Vista del comedor.  Foto: YFG

El Salón Inglés, como su nombre lo indica, exhibe piezas provenientes de dicha región; así como en el Salón Sѐvres se ven piezas realizadas en esta reconocida manufactura de porcelana francesa.

 Vista del salón de los Biombos. Foto: YFG

El Salón II Imperio se caracteriza por mostrar piezas femeninas decoradas en su mayoría con nácar; el Salón Oriental, muestra más detalladamente la creación asiática; y el Baño Principal recrea una decoración moderna al estilo Art Decó con piezas de tocador de cristal y porcelana.

       Vista del salón Neoclásico. Foto: YFG

La galería alta varía su ornamentación por espacios. Cuenta con una zona dedicada a manufacturas de porcelana como Meissen y Chantilly; en otro pequeño espacio se exhiben esculturas francesas y vidrios españoles; y un área mayor se dedica a la creación Art Nouveau y Art decó en tanto trabajo en cristal, porcelana y metales.

          Vista del salón Boudoir. Foto: YFG

Los salones de exposición transitoria, como su nombre lo indica, cambian cada cierto tiempo con el objetivo de exhibir sistemáticamente la mayor cantidad de piezas de la colección, que no se muestran de manera permanente.

Vista del salón Ecléctico. Foto: YFG

Además de la exhibición de obras de arte, el museo tiene una vida cultural activa y dinámica. En el Salón de actividades y los jardines se realizan peñas culturales, cursos y talleres de carácter diverso para el disfrute del público.


Comentarios

  1. Un museo de excelencia, su historia, sus colecciones y el trabajo sociocultural que realizan es un incentivo para visitarlo. Felicidades

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